La mujer medicina escucha la vida y conoce el misterio del lenguaje. Esta conectada a si misma y guiada por el propósito de su alma y la voz de su corazon integra el mundo espiritual y e material.
Puede realizar Sanaciones chamánicas como la recuperación del animal de poder y la recuperación del alma.
¿Qué es el animal de Poder?
Dentro de cada uno de nosotros habita un fiel compañero, nuestro animal de poder, un espíritu protector que nos guía y fortalece. En los momentos de necesidad, podemos invocar su poder para obtener apoyo adicional, una fuerza que nos eleva en cualquier situación.
No se trata exclusivamente de los chamanes que poseen estos animales de poder; todos llevamos en nuestro ser a estos seres especiales, nuestra medicina personal. Son nuestros guardianes, nuestros aliados tanto en las rutinas diarias como en la búsqueda espiritual de armonía, potenciando la esencia misma de quienes somos.
El Animal de Poder se erige como el más grande protector que alguien pueda tener. Desde la perspectiva chamánica, un cuerpo imbuido de su poder no alberga espacio para la enfermedad. Este fiel compañero desempeña diversas funciones esenciales, desde fortalecernos ante las pequeñas dolencias hasta resguardarnos de las intrusiones externas. En las situaciones difíciles de la vida, se convierte en un faro de ayuda incondicional.
Según la cosmovisión chamánica, cada uno de nosotros nace con un compañero espiritual en forma de animal. Sin embargo, en la vorágine de la cultura moderna, este conocimiento ancestral se desvaneció, y nuestro animal de poder puede abandonarnos debido a ese olvido. La sabiduría chamánica sostiene que este abandono nos deja desprotegidos, vulnerables ante las adversidades de la existencia. Recuperar a nuestro animal de poder se convierte en la llave para obtener una protección poderosa y efectiva. En este reencuentro, adquirimos una herramienta invaluable para resguardarnos y recobrar la fortaleza que la modernidad nos ha arrebatado.
¿Qué es la recuperación del alma?
La Recuperación del Alma, desde la perspectiva chamánica, se asemeja a la psicología en su reconocimiento de que los traumas pueden llevar a la disociación, a menudo sumiendo los eventos dolorosos en el olvido. El chamán comprende que, al disociarse, una parte de nosotros se desplaza hacia un refugio menos hostil, dejándonos vulnerables y con una presencia disminuida para enfrentar la vida, debilitando nuestra fuerza vital.
En nuestro caminar, todos hemos experimentado traumas físicos o emocionales, de diversas magnitudes, que han provocado la fuga de parte de nuestra esencia para escapar del dolor. Esto nos deja con una sensación persistente de carencia, sin saber exactamente qué nos falta. Accidentes, abusos, pérdidas de seres queridos pueden resultar en la pérdida del Alma. Además, la envidia de otros puede inadvertidamente despojarnos de ella, o nosotros mismos podemos cederla en relaciones de dependencia.
El chamán clásico o practicante chamánico asume la tarea de buscar esas partes del Alma con la ayuda de sus guías espirituales y traerlas de vuelta. Es crucial comprender que no se devuelve el trauma que originó la fuga, sino la vitalidad de ese fragmento del alma. Una vez recuperada, se integra nuevamente en la persona, permitiéndole sentirse más completa, ser más auténtica y vivir en armonía.
Es esencial destacar que nem todos los traumas resultan en una pérdida del Alma; esto depende en gran medida de la fortaleza de la persona en el momento de la experiencia traumática. A veces, somos más fuertes de lo que imaginamos.
Por «Alma» nos referimos a nuestra esencia vital y espiritual, la esencia misma que nos define y nos conecta con la profundidad de nuestra existencia.
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